Mi nombre es Alberto Marín, soy licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Barcelona, además de Terapeuta en Nutrición Personalizada por la Universidad de Middlesex en el Reino Unido y Coach en PNL. Como apasionado del movimiento y la misión de inspirar a otros hacia un estilo de vida más saludable siempre he mantenido una formación integral continuada en el ámbito de la salud y el fitness, con principal interés en disciplinas y métodos que comparten la visión integrativa y un enfoque evolutivo del cuerpo humano y la motricidad.
Hace más de 12 años que arranqué mi carrera como entrenador personal y desde entonces ya había escuchado de los beneficios de las técnicas hipopresivas aunque por diferentes circunstancias mi formación en este sistema de entrenamiento no se dio hasta hace poco más de un par de años de la mano de Low Pressure Fitness. En mis inicios recibí algún seminario y asistí a alguna conferencia pero me marché al extranjero y formarme como entrenador certificado en LPF siempre fue una asignatura pendiente.
Con muchos de mis clientes y alumnos siempre he sido un defensor de la necesidad de incorporar LPF en su entrenamiento, pero por desconocimiento técnico y por la dificultad de encontrar profesionales cualificados en el Reino Unido mi práctica personal era inconsistente, incompleta y fundada en una interpretación autodidacta de técnicas hipopresivas. Así pasaban los años y seguía con mi entrenamiento de carácter principalmente intensivo, manejando grandes cargas, practicando diferentes deportes y artes marciales. De pronto hace unos 5 años comencé a sentir molestias inguinales, pero hasta que no me diagnostican una hernia inguinal no comienzo a adecuar mi entrenamiento consecuentemente. Al año del diagnóstico y seguido de un accidente de bicicleta que empeora la lesión y surge una segunda hernia, por lo que decido operarme y tomar las riendas de la situación.
Ahora soy consciente de que mi recuperación tras la hernioplastia inguinal bilateral no habría sido tan exitosa si no hubiese dejado de poner excusas para emprender una práctica regular de LPF. El pasado no se puede cambiar, pero a veces pienso si habrían emergido las hernias inguinales en primera instancia si desde el conocimiento de Low Pressure Fitness hubiese tomado las riendas de mi salud pélvica y abdominal con otro enfoque y con más determinación en el uso de técnicas hipopresivas.
Al año de la intervención, tras un entrenamiento regular a distancia de LPF siguiendo la prescripción de un profesional, decido volver a vivir a Barcelona y antes de hacer las maletas de vuelta lo primero que hago es hacer la reserva de la formación de los 3 niveles del sistema Low Pressure Fitness. Desde entonces mi seguridad en el nivel técnico de LPF ha hecho mi práctica algo a lo que no renuncio, no he sufrido ninguna recaída más allá de ligeras molestias por las cicatrices, he vuelto a sentirme fuerte y listo para afrontar nuevos retos en mis entrenamientos y me veo estéticamente como nunca.
Ahora tengo la confianza para transmitir los beneficios de esta práctica y ayudar a otras personas utilizando Low Pressure Fitness. Considero LPF como el entrenamiento integral ideal para complementar y sostener las demandas del entrenamiento de cualquiera de mis alumnos, y sobre todo para ayudar a aquellas mujeres que confían en mis servicios en etapas tan importantes como son el posparto.
Alberto Marín
LPF Trainer
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