Soy Lupe Otero. Nací hace 40 años en Argentina y hace 20 que vivo en España.
Mi camino profesional no empezó precisamente con el fitness ni con el deporte.
Desde los 18 años tuve un llamado interno muy fuerte por intentar comprender la vida de una manera más integral. Me resonaba muchísimo la cosmovisión oriental de la vida, de la naturaleza y de nosotros inmersos en ella. Así empecé mi camino como terapeuta de Shiatsu y otras terapias naturales.
Evolucionando junto a mi deseo de acompañar de una forma más autónoma a los alumnos comencé a explorar el movimiento con las artes orientales, el Chi Kung y finalmente, para poder ofrecer recursos más precisos en la mejora postural, me formé como profesora del método Pilates en su versión original. Encontrando el equilibrio óptimo con las terapias naturales unidas al movimiento consciente.
Entonces llegué a Canarias, más exactamente a La Palma, la isla bonita, donde tuve un estudio de Pilates con clases personalizadas varios años.
Y fue aquí donde tuve a dos niñas maravillosas: mi propia experiencia maternal me conectó con mi femineidad más completamente y me llevó a hacer un foco más profundo en nuestra anatomía única y singular. Y esto hacía que en lo profesional me sintiera cada vez con más carencias: me faltaban recursos aún más eficaces para ayudar a otras mujeres a mejorar sus diversas problemáticas que merman nuestra calidad de vida (incontinencias, prolapsos, diástasis, extirpación del útero, cesáreas, posparto…).
Me sentía impotente, y comenzó a ser una necesidad personal y profesional cada vez más definida: el seguir indagando… seguir buscando.
Así que, a pesar de tener un preconcepto bastante limitado sobre el trabajo de “hipopresivos”, decidí formarme en Low Pressure Fitness. Me sorprendí muy gratamente ya que es un sistema muy completo y que abarca un abanico enorme de beneficios, por la cantidad de contenidos teóricos que manejamos y por la diversidad de colectivos a los que podemos acompañar con el entrenamiento.
La práctica en mí ha sido como descubrir un bálsamo: siento como mi cuerpo se revitaliza y recupera su fuerza desde el interior hacia el exterior, desde lo invisible a lo visible.
Actualmente imparto clases regulares desde hace un año en un nuevo estudio en La Palma, y con los alumnos compartimos los rápidos beneficios que disfrutan en sus sintomatologías, en su postura, en sus molestias que se desvanecen, en la capacidad respiratoria, en su cintura, en corredoras que perciben mayor resistencia, etc. Es una práctica meditativa, de conciencia plena y que te fortalece sin secuelas, que te protege y te integra.
Me siento feliz formando parte de este movimiento que está revolucionando a quienes lo experimentamos. A los profesionales del movimiento nos resulta un cambio de paradigma total. Existe un antes y un después en la vida cuando conoces LPF.
Como mujer, considero que esta práctica nos empodera, nos devuelve la conciencia perdida de nuestros tejidos y órganos internos, tan sagrados.
Low Pressure Fitness es la revolución del entrenamiento consciente que vibra en sincronía a la revolución que necesitamos como raza humana hacia el planeta: el volver a cuidar y a respetar lo sagrado.
Lupe Otero
Entrenadora certificada LPF-CT
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